Inteligencia colectiva en la Sanidad. Sanidad Abierta.

La innovación abierta en su máximo exponente significa aprovecharse de la inteligencia colectiva, de esa saber profano, de una forma eficiente y hacerlo de una forma activa. Consideramos que abrir el proceso de Innovación en la organización produce beneficios a la organización y para ello desde el grupo de investigación OBEA estamos tratando de identificar formas de llevar a cabo esa apertura de los procesos de innovación. Esta claro que cada organización es diferente y por tanto necesita de diferentes estrategias.

Siendo consecuentes con lo que venimos diciendo, vemos también la necesidad de fomentar esta apertura más allá del propio proceso de innovación y elevarlo aún más hasta aplicarlo a la propia organización en lo que se viene llamando el Open Business o Empresa Abierta. La empresa abierta según comenta Marc Vidal se centra en “el poder del talento global” y añade que “El Open Business no es un fin en si mismo sino un medio para alcanzar un sistema global de economía colaborativa llamada Wikinomia”.

Pero el objetivo de este post es hablar sobre un caso concreto de empresa abierta como es el caso de la sanidad abierta u Open Health. El concepto de la sanidad abierta esta directamente relacionada con otro concepto muy interesante como el de la web 2.0. La web 2.0 permite a las personas sin demasiado conocimiento tecnológico crear contenido digital. Esta tecnología, llamada también web social, está siendo usada ya en diferentes aspectos de la vida cotidiana como la educación, el entretenimiento, la gestión financiera, etc. sirviendo también como plataforma para que los usuarios la utilicen para la sanidad. Por tanto el uso de la web 2.0 para fines relacionados con la sanidad es llamado Sanidad 2.0 que puede ser definido como el uso de software social y su habilidad para promover la colaboración entre pacientes, sus cuidadores, profesionales médicos, etc. Dentro del ecosistema de la sanidad 2.0 los pacientes están compartiendo sus historias sobre enfermedades, tratamientos, medicamentos, trato por los profesionales de la medicina, etc. no solo como apoyo emocional, sino también para obtener un conocimiento clínico sobre diferentes aspectos obtenidos gracias a pacientes con necesidades similares, “patients like me”.

Sobre esto, la California HealthCare Foundation ha escrito un informe muy interesante llamado “The wisdom of patients: Health care meets online social media”. Según este informe el 60% de los norteamericanos ha utilizado Internet alguna vez para buscar información médica. Además según “Edelman Trust Barometer” las personas tendemos a confiar más en personas con nuestra misma enfermedad más que en figuras autorizadas del mundo de los negocios, gobierno, sanidad, etc. No deja de ser llamativa esta conclusión. Confiamos más en el saber profano, pacientes con nuestra misma enfermedad, antes que en el saber experto, los profesionales médicos por ejemplo. Este saber profano lo podemos encontrar en cualquiera de las muchas comunidades de personas con algún tipo de enfermedad que existen en Internet. Pero en este tipo de comunidades de pacientes existen fundamentalmente dos problemas, el primero es asegurarse de que la otra persona tiene la misma enfermedad que yo y la segunda es si esa persona es creíble. El proceso de generación de confianza es laborioso por lo que se requiere de mucha interacción entre todas las partes. Además con un tema tan delicado como el de la salud es peligroso creerse todo lo que está escrito en Internet. Enrique Dans se hace eco de todo esto en un post publicado hace unas semanas titulado “La medicina en los tiempos de la red”. En la que “ante la perspectiva de un problema de salud y de las incertidumbres que provoca, todo paciente con acceso a la red buscará respuestas en la misma, con mayor o menor acierto. Ello le llevará a encontrar o creer encontrar respuestas en fuentes que irán desde lo más riguroso hasta lo más inexacto, y a interpretarlas con reacciones que irán desde lo más prudente hasta la más exagerada de las hipocondrías.” Sobre las incorrecciones sobre productos, tratamientos, etc. Fard Johnmar de Envision Solutions, argumenta que “las comunidades que son muy activas y que tienen muchos miembros tienden a autocorregirse”.

¿Pero por qué los usuarios utilizamos la web social para buscar este tipo de información? En un artículo del New York Times, “When the patient is a googler”, los pacientes con raras condiciones aprenden más sobre su enfermedad a partir de las comunidades y pacientes con la misma enfermedad que con los propios profesionales de la sanidad. ¿Quiere esto decir que las comunidades de enfermos y la información existente en Internet sustituye al profesional médico? En absoluto, pero creo que lo complementa de forma sobresaliente.

En Euskadi disponemos del observatorio Kroniker que pretende explorar el «aún difuso y novedoso escenario donde se están transformando los entornos de relación entre los principales actores del sector salud, como son los profesionales sanitarios y los pacientes, mediante el uso de servicios, aplicaciones y plataformas del tipo Web 2.0«. Además tienen un blog en el que conversan sobre estos temas, Sanidad 2.0.

Como podéis ver, la inteligencia colectiva es aplicable en más campos que el software, las camisetas y las fotos… ¿Qué opináis vosotros sobre la aplicación de la inteligencia colectiva en otros sectores?

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8 comments

  • Excelente post Aitor,creo que hay muchas posibles aplicaciones,en sanidad,sería buena idea acoplar cosas de sabiduría popular en plan «las recetas de la abuela».

    en mi caso,sería útil poder trasladarlo de la sanidad humana al nivel agrario,aplicado a sanidad vegetal y animal,tanto para cultivos como para producción animal,complementaría a los agricultores y ganaderos con los técnicos agrónomos y veterinarios

  • Muy interesante. Después de la lectura de este post me surge fuerza una pregunta. ¿Cuáles son los límites de la inteligencia colectiva? Acaso en muchas ocasiones no estaremos agregando «idiotez colectiva». No siempre lo que piensa la mayoría es lo más cierto, cómo rescatar la sabiduría cuando es la opinión minoritaria. Como evitar la creación de mitos…
    No se si me explico? 😉

  • Buen post Aitor! Me alegra que también en OBEA estéis en estas áreas. En lo que a mí respecta, como profesional del sector, me parece interesantísimo lo que se plantea, y creo que la mención a KRONIKER no es baladí. El Dr. Bengoa que dirige el observatorio sabe muy bien lo que se cuenta, hacen las cosas bien, de forma GLOKAL (que dice mi padrino Jon Azua). Cuando el Dr. Bengoa estuvo en Orue, tuve ocasión de contactar con él y saber para qué y hasta dónde pretende llegar con KRONIKER. Realmnete, un crack! En la medida de lo posible, sabes que en Orue dispones de un banco de pruebas singular a tu servicio. Saludos,

  • @Ivan: Estoy de acuerdo contigo. Al igual que en el sector de la salud el uso de la inteligencia colectiva puede ser muy interesante, el sector de la agricultura es otro de los sectores donde la inteligencia colectiva puede funcionar ya que es un sector donde muchos de los profesionales son verdaderos amantes de la labor que desempeñan. Quizás ya existen casos en este sector… Sin duda debemos identificar más sectores y/o áreas donde se pueda aplicar la inteligencia colectiva.

    @David: A mi también me persigue ese fantasma de vez en cuando. ¿No estaremos fomentando la «estupidez colectiva»? Cuando hablamos de personas y comunidades es difícil verificar la validez de una afirmación. Además requiere de una comunidad muy activa para poder subsanar los errores, ya lo decía Fard Johnmar, “las comunidades que son muy activas y que tienen muchos miembros tienden a autocorregirse”. Imagínate lo que pensarían algunos cuando les plantearon el proyecto de la wikipedia. No puede ser la wikipedia hogar de la estupidez? Pero acaso no guarda abundante información veraz? La verdad es que hay que saber como cuando y con que abrirse a la inteligencia colectiva y practicar el crowdsourcing.

    @Sergio: Ya me contarás más acerca del Dr. Bengoa… Sería interesante ver la posibilidad de colaborar para ver si las tesis que manejamos son reales o son pura ciencia ficción. Ah!! Y muchas gracias por ofrecerte como conejillo… seguro que algún día os necesitaremos!

    Gracias a los tres por conversar en este blog, nos leemos!!!

    PD: Que suerte tengo de poder interactuar online y offline con vosotros! 😉

  • Creo que esta referencia puede completar el panorama que dibujas en el post: «Iniciativa «ideas para la Sanidad pública».

  • Es evidente que este es uno de los universos proclives a una mayor apertura… desde el punto de vista de la relación inter-pacientes. Las personas sanamos a través de lo fisiológico y de lo emocional.
    Te recomendaría que echaras un vistazo a lo que en su momento posteó Antonio Lafuente en Tecnocidanos sobre estas cuestiones. Puedes comenzar por aquí: e-pacientes: a nueva relación médico-enfermo. Tiene mucho escrito y muy interesante que puede completar lo que expones.
    Creo que va en la línea de lo que planteas. Buen currelo, Aitor.

  • Gracias por las referencias, Aitor.

    En ello ando yo ahora. Lo primero que hay que decir es que hay varios barrios de la Sanidad 2.0, según se refiera a la relación p2p entre pacientes, a la relación prefesionales-pacientes, a la relación entre profesionales…

    Lo común, son las inmensas ganancias a obtener en todos los casos.

  • @alorza Por lo tanto existen tres planos en los que la inteligencia colectiva podría plantearse según comentas. Lo lógico sería tener una comunidad de profesionales donde traten todos los temas científicos, donde se aplicaría la inteligencia colectiva del colectivo de profesionales y por otro lado la comunidad de pacientes donde el colectivo en principio serían pacientes pero podrían participar profesionales a título individual. Esto de la sanidad abierta es un hilo por el que hay que tirar más… Tiempo al tiempo.

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