Biblioteca participativa
Este es un post que tenía en mente desde hace ya bastante tiempo pero que por diferentes motivos no lo he empezado a escribir hasta ahora. Es una idea que me circulaba por la cabeza y que le prometía a Arantza de la Torre, responsable de la biblioteca de nuestra facultad de Mondragon Unibertsitatea. Este post hace referencia a las bibliotecas en general, no solo las bibliotecas privadas de las universidades u organizaciones.
La pregunta inicial para comenzar la reflexión es la siguiente: ¿Por qué es la/el responsable de la biblioteca el que elige los libros que han de comprarse? Es verdad que si realizas alguna recomendación de compra, al menos en nuestra facultad, es muy posible que se adquieran. Pero la decisión de compra siempre quedará en manos de la/el responsable de la biblioteca, y eso no digo que sea ni malo ni bueno, simplemente es.
Pues bien, la idea que me rondaba la cabeza es la posibilidad de involucrar a los usuarios de la biblioteca en el proceso de selección de los libros que se van a adquirir. Alguien pensará, y con mucha razón… ¿y donde queda la decisión del experto? La respuesta podría venir de la división del presupuesto de adquisición de nuevos libros en al menos dos partidas:
- Una partida del presupuesto quedaría a libre disposición de la/el responsable de la biblioteca.
- Otra partida del presupuesto quedaría a disposición de la decisión de los usuarios.
Es decir, la biblioteca tendría digamos dos órganos de gobierno, por un lado tendríamos al dictador benevolente que vela por el buen funcionamiento de la biblioteca y la calidad o conveniencia de los ejemplares adquiridos. Y por otro lado tendríamos un organismo democrático que vela por sus propios intereses, donde es la mayoría quien tiene la decisión de adquisición de un ejemplar. Es cierto que no pueden ser dos procesos independientes, debería existir cierta coordinación que debería ser llevada a cabo sin duda alguna por parte de la/el responsable de la biblioteca. Faltaría más.
El quid de la cuestión está en implantar un mecanismo para poner en marcha la biblioteca participativa. Lo más eficaz supongo que sería implantar una plataforma web a la cual tengan acceso los usuarios de dicha biblioteca y puedan proponer y votar los ejemplares que desean adquirir ese mes, por ejemplo. Por tanto cada mes se abriría un nuevo periodo de elecciones en que cualquiera puede proponer uno o varios ejemplares y cualquier usuario podría votar a uno o varios ejemplares para ser adquiridos. Este tipo de mecanismo favorece sin duda a aquellos apasionados de la lectura que hacen un uso habitual de la biblioteca, ya que serán estos lo que dediquen un esfuerzo en proponer ejemplares cada mes y a votar aquellos ejemplares que más les interese. Uno de los posibles incentivos para que este mecanismo funcionase es bien sencillo. El usuario podrá leer aquellos libros que le gustan y para ello podrá utilizar los recursos de la biblioteca. Además podría ser que entre aquellos que votaron la compra de un ejemplar y salio ganador, se sortee quien será el primero que lo lea, por ejemplo.
Esta plataforma no es compleja de implantar, bastaría con hacer uso de plataformas que actualmente se están utilizando para adaptarlo a estas necesidades específicas. Estoy pensando por ejemplo en el uso de una plataforma como la de meneame o digg para poner en marcha la biblioteca participativa…
Esta idea trata de hacer de las bibliotecas un organismo más participativo. Una biblioteca echa para los usuarios por los propios usuarios. El rol de la/el responsable de la biblioteca, en parte, cambiaría de prescriptor a coordinador de voluntades. Este es, en mi humilde opinión, uno de los cambios estratégicos que debieran poner en marcha las bibliotecas, amén de otras.
RT @abediaga: Nuevo post: : La biblioteca participativa http://www.pasionporinnovar.com/2011/01/…
[…] This post was mentioned on Twitter by Aitor Bediaga and obea. obea said: [Nuevo post] La biblioteca participativa http://bit.ly/fFsqX9 […]
Aunque sea por alusiones y por aclarar algunos conceptos… 😉
En general, la adquisición de materiales en las bibliotecas queda en manos del responsable porque éste tiene que asegurarse de que exista un fondo mínimo y suficiente para cumplir los objetivos de la misma.
En todos los casos, existe lo que se denomina «desiderata» o sugerencia que recoge las peticiones de los usuarios y que casi siempre se compran (excepto por problemas de dinero..que suele ser el único problema).
En nuestro caso nuestro fondo se basa casi exclusivamente en lo que piden los usuarios por lo que el/la responsable prácticamente no decide… quizás el problema sea que el profesional no piensa en muchos casos en COMPARTIR lo que se compra y acaba perteneciendo a «su» pequeña biblioteca.
Así que, como es nuestar obligación, la biblioteca se encarga de que haya OTRO FONDO MINIMO para alumnos, otros investigadores, profesores, etc., que puedan necesitarlo..
En definitivamente.. hacemos lo que tú propones, pero no de forma organizada..pero como ya sabes, siempre dispuestos a colaborar, sobre todo para ofrecer un mejor servicio..
Recogemos el guante!!
Arantza, antes de nada agradecerte mucho que te pases por aquí y participes en esta conversación informal y entre amigos.
Vayamos por partes, como diría mi gran amigo Jack. En el post comentaba el rol de «dictador benevolente» que como tu bien dices, «tiene que asegurarse de que exista un fondo mínimo y suficiente para cumplir los objetivos de la organización». Estoy 100% de acuerdo con esto.
En cuanto el tema de las sugerencias o «desiderata» yo propongo una plataforma abierta y transparente donde la/el responsable de la biblioteca no sea quien decide comprar o no comprar. Claro, todo depende a cuanta parte del presupuesto destinemos a este tipo de mecanismo…
Yo no abogo solo por un modelo para la adquisición de nuevos ejemplares, yo propongo ambos. Por un lado el/la responsable de la biblioteca debe garantizar un fondo mínimo para el público que estime oportuno y otro fondo creado por los usuarios para los usuarios. Y todo esto unido en un fondo común que es la biblioteca y gestionado y coordinado por un/una responsable, of course.
Ahhh! Y no solo estaba pensando en la biblioteca de la facultad eh, estaba pensando también (o sobre todo) en las bibliotecas municipales.
Ya sabes que estaré encantado de ayudaros en lo que pueda.
Thanks.
Un ejemplo bastante cercano que, desarrollándolo un poco más, con el tiempo podría acercarse a lo que propone Aitor: Mediateka de AlhondigaBilbao.
Tuve la suerte de participar en su proyecto de Digital Signage (o Digital Media, o cartelería digital, o marketing dinámica o como cada uno quiera llamarle), y una de las funcionalidades que se le quería dar en la Mediateka era que los responsables de la misma pudieran actualizar las pantallas de su área. El objetivo era que realizaran recomendaciones sobre lo que ellos mismos iban leyendo por su cuenta, o que publicasen rankings sobre lo más leído o prestado… Al fin y al cabo el espacio está cómodamente preparado para poder estar allí semitumado leyendo, interneteando, viendo vídeos… ¡qué mejor que recibir las sugerencias en vivo!
La idea es buena y ágil pero, lo que añado ahora, ¿por qué no dinamizarla abriéndola a sus socios? Habilitando un acceso vía web a la herramienta DS corporativa, los usuarios desde la propia Mediateka si quisieran, o desde su casa quizás, podrían realizar sugerencias, comentar otras y también dar un feedback al bibliotecario.
A partir de ahí las posibilidades para dinamizar la aplicación con votaciones, encuestas, sorteos… miles!
Y todo lo que aprende la Mediateka de los intereses de sus socios, tanto para nuevas adquisiciones, como para otras actividades que se realicen en el centro… millones!
Ummmm, recordadme que lo comente en Alhondiga
Información Bitacoras.com…
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