En esta última semana he oído varias veces la misma idea sobre la innovación. Exactamente la idea consiste en que la innovación se genera en la acción, en la producción. El genial profesor Jose Mari Luzarraga, experto en internacionalización de la Mondragon Unibertsitatea comentaba en una de sus ponencias sobre «Claves estratégicas de competitividad y modelos de negocio óptimos ante la globalización» como en Japón durante muchos años había externalizado la producción a diferentes países asiáticos, pero que en estos momentos estaba volviendo a traer los centros productivos al país. Según J.M. Luzarraga esto es debido a que donde verdaderamente se genera la innovación es donde se produce el producto, porque es ahí donde los trabajadores que están en constante interacción con el producto pueden detectar las posibles mejoras. Interesante reflexión, si señor. Esto es algo que deberíamos analizar en la fase de producción de nuestros productos, ¿debemos externalizar todo el proceso productivo? o ¿solo aquel que no sea de valor añadido?

En este sentido Jaime Lerner, arquitecto y urbanista de renombre en una de sus charlas en TED Talks, exclama lo siguiente: «La innovación se genera al pasar a la acción, al comenzar a hacer las cosas.» Esta es una clara crítica a los que pasan demasiado tiempo planificando y pensando en cómo hacer las cosas, en cómo innovar sin ponerse «manos a la obra». J. Lerner continua diciendo que «es imposible disponer de todas las respuestas antes de empezar, no podemos ser tan prepotentes como para pensar que debemos tener todas las respuestas antes de empezar». Lo importante es «pasar a la acción y obtener(escuchar) la opinión de otras personas y de esta forma te mantendrás en el buen camino.»

Por tanto, pongámonos manos a la obra!