La creatividad: El motor para la innovación

Durante los próximos años oiremos con mucha asiduidad la palabra innovación. Esto es debido a que el gobierno vasco acaba de poner en marcha el plan de competitividad 2006-2009 cuyo objetivo principal es poner la innovación como prioridad estratégica.

La innovación consiste en transformar ideas en valor para los clientes, lo que genera un beneficio sostenible para la organización. Para crear dichas ideas necesitamos de dos ingredientes como son la imaginación y la creatividad. La imaginación nos inspira para crear nuevas soluciones, historias, mundos, etc. La creatividad por el contrario, pone dicha creación en contexto y le da un sentido. La creatividad es por tanto una actitud que tenemos ante los acontecimientos del día a día, la actitud de crear.

La creatividad emerge mientras desarrollamos una actividad que nos permite entrar en un estado de flujo (para sabe más sobre el estado de flujo, recomiendo leer a Mihaly Csikszentmihalyi), donde se realizan conexiones entre neuronas del cerebro que antes no estaban conectadas. Diversos autores como Eduard Punset y Mihaly Csikszentmihalyi comentan que un contacto directo con el contexto donde queramos innovar es fundamental, ya que de esta forma se potencia la observación, la escucha y la empatía, otros tres ingredientes para la innovación.

Debemos olvidar la idea de que la innovación es creatividad conseguida individualmente y de forma aislada. Deberíamos hacernos a la idea de que es algo que se consigue en equipo y de forma sistemática. Pero para que esto ocurra deben cumplirse una serie de condiciones.

  • Tener una visión de sistema (holística): Como decía Juan José Goñi (director de Innovación del Instituto Ibermática de Innovación)…

    No hay nada tan motivador como saber a donde se quiere llegar y sentirse con capacidades de poder alcanzar el destino.

    Para saber a donde queremos llegar debemos ser conscientes de lo que nos rodea y planificar con mayor conciencia los actos, estrategias y sus consecuencias.

  • Integración con el contexto: El proceso de observación potencia la creatividad de los investigadores y de la organización, aportando una información valiosísima a los equipos implicados en el proceso de innovación.
  • Provocar conversaciones: Las organizaciones deberán dotarse de espacios que permitan tomar distancia, reflexionar y a la vez olvidarse de todo a fin de crear conexiones de éxito. Estos espacios deben provocar conversaciones multidisciplinares donde se compartan conocimientos, emociones y experiencias acerca del sentido que quieren crear.

El tema de la creatividad es un tema apasionante del que seguiré escribiendo aquí. Sobre todo sobre la técnicas de creatividad. Aunque estas técnicas pueden ser de ayuda en un momento dado, está demostrado que ese tipo de métodos limitan la creatividad de las personas si estas son utilizadas fuera de su lugar de trabajo.

En fin, que hay mucho de que hablar en esto de la innovación.

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